El Trompo de Franco Colapinto y la Remontada en México

(foto: Web)

El Gran Premio de México de Fórmula 1 puso a prueba el temple del piloto argentino Franco Colapinto desde el mismo instante de la largada. Apenas se apagaron las luces rojas, el debutante de Alpine se vio envuelto en un incidente que pudo haber sido catastrófico, pero que terminó por resaltar su capacidad de resiliencia.

En los primeros metros, mientras el pelotón se compactaba, Colapinto fue presionado por el Aston Martin de Lance Stroll. La maniobra dejó al argentino sin espacio, obligándolo a tocar el pasto al costado de la pista. Esta mínima excursión fuera del asfalto provocó una pérdida de control inmediata y un espectacular trompo que lo hizo girar sobre sí mismo, relegándolo automáticamente a las últimas posiciones.

La rápida reacción y el control magistral del monoplaza fueron claves: Colapinto logró evitar el contacto con las barreras y, en un ejercicio de sangre fría, reincorporó su Alpine a la pista para continuar la carrera.

Lejos de darse por vencido, el oriundo de Pilar transformó la adversidad en un desafío. Con una estrategia sólida y un ritmo constante a lo largo de las vueltas, Colapinto emprendió una notable carrera de remontada, batallando con el tráfico y maximizando el rendimiento de su coche. A pesar del susto inicial, el argentino logró cruzar la bandera a cuadros en una destacable decimoquinta posición.

Este episodio no solo queda como la postal de un momento de tensión, sino como la confirmación del potencial de Colapinto: un piloto capaz de recuperarse de un error (o una mala jugada de terceros) en la élite del automovilismo y convertir un comienzo complicado en un resultado digno, demostrando la garra que se espera de una futura figura de la Fórmula 1.